jueves, 5 de abril de 2012

Un Adiós



La agonía de un adiós

Hoy me dices que te vas, siento un sudor frío recorrer mi cuerpo, siento palpitar como una locomotora mi corazón, tengo miedo, no puedo detenerte, es tu decisión…

Te miro y me pregunto el porqué, me siento como un animal asustado, como un niño perdido, como un yo sin un tú…

Se que tengo que vivir la vida sin ti, pero me duele, me duele dentro, no se bien que es, siento que algo se rompe, siento un viejo dolor, siento dentro un golpe, debe ser el corazón…

Escucho algunos gritos, son demasiado fuertes, hacen mucho ruido, pero nadie más los oye… me siento desconsolado, me siento derrotado, no quiero separarme de tu lado, ay vida mía que no te he dado…

Cojo tu mano, te pido que te quedes, te ruego que no te vayas, miro fijamente tus ojos, y te digo sinceramente que  no quiero perderte…

Me ves con extrañeza, con algo que se llama indiferencia, la habitación lentamente se silencia y me dices te dejo con mi ausencia…

Te amo no te marches, digo desesperadamente, se que no puedes entenderme, se que no puedes quererme, se que no te importa perderme y mientras mi alma hierve, el corazón no deja de dolerme…

Me dices adiós, no volteas a mirar lo que atrás dejaras… ni una lagrima, ni un suspiro, ninguna señal de que algún día me extrañaras…

Desconcertado, te veo pasar a mi lado, me doy cuenta que te has marchado, todo ha terminado…

Miro hacia el cielo mientras mi alma llora en silencio, mientras que tú me tratas con desprecio…me pregunto el por qué, qué no tuve, qué no hice, qué no di, si siempre fuiste todo para mi...

Quedo varado, me siento acabado, y tristemente veo, que tú ya te has marchado…

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